Cómo usar la fruta deshidratada en tus platos principales

Cuando pensamos en fruta deshidratada, a menudo la asociamos con snacks rápidos, adiciones al desayuno o ingredientes para postres. Sin embargo, su versatilidad va mucho más allá. 

La fruta deshidratada, con su dulzura concentrada, textura única y aporte de nutrientes, puede ser un ingrediente sorprendentemente delicioso y nutritivo para incorporar en tus platos principales, añadiendo un toque inesperado de sabor y complejidad.

Para algunas recetas, especialmente aquellas que requieren una textura más suave o donde quieres que la fruta se integre mejor con otros ingredientes, puede ser útil rehidratar la fruta deshidratada antes de usarla. 

Esto se puede hacer simplemente sumergiéndola en agua tibia o caliente durante unos minutos. Si utilizas rollitos Bigu u otras formas grandes de fruta deshidratada, cortarlas en trozos más pequeños facilitará su distribución uniforme en el plato.

¡Vamos con algunas ideas sencillas!

La versatilidad de la fruta deshidratada permite explorar su uso en una variedad de platos salados. Aquí te presentamos algunas ideas, adaptando principios y usos mencionados en las fuentes:

En ensaladas: una ensalada completa con hojas verdes, granos (quinoa, arroz integral), proteína (pollo a la parrilla, tofu, legumbres), vegetales frescos y un puñado de arándanos, ciruelas o damascos deshidratados puede ser un plato principal nutritivo y sabroso. La dulzura de la fruta contrasta deliciosamente con los vegetales y la acidez de un aderezo ligero.

Como parte de rellenos: los rellenos para aves o vegetales horneados a menudo incluyen frutas secas como pasas o arándanos. Puedes usar trozos de rollitos de fruta deshidratada (como manzana o ciruela) en rellenos para calabazas asadas, pimientos o incluso para empanadas saladas, aportando humedad y un toque dulce que realza los sabores.

Con granos y cereales: añadir fruta deshidratada a platos de granos es una forma sencilla de mejorar su sabor y perfil nutricional. Imagina un bowl de quinoa o arroz integral con vegetales salteados, proteína y trozos de mango o piña deshidratada. Los carbohidratos de la fruta se combinan con la fibra y otros nutrientes para un plato completo y energizante.

En salsas y glaseados: La fruta deshidratada puede cocinarse lentamente con líquidos (caldo, vinagre, vino) y otros condimentos para crear salsas o glaseados agridulces para carnes magras (cerdo, pollo) o incluso para vegetales a la parrilla. 

La fruta se ablanda y se vuelve parte de la salsa, aportando su dulzura natural sin necesidad de azúcares añadidos (¡una delicia!), en línea con nuestra filosofía de ingredientes. 

En platos estofados o al horno: Añadir fruta deshidratada a estofados o guisos de cocción lenta puede aportar una dulzura sutil y complejos sabores a medida que se rehidrata e integra en el plato. 

Por ejemplo: ¡prueba con ciruelas o damascos en estofados de carne o lentejas! Te aseguramos que solo vas a querer que tu ingrediente secreto sea la fruta deshidratada. 

No tengas miedo de experimentar

Experimentar es clave, porque la fruta deshidratada es un tesoro culinario que concentra sabores y puede transformar tus comidas diarias. Permite satisfacer el gusto por lo dulce de una manera más nutritiva, aprovechando su fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes.

Al elegir fruta deshidratada sin azúcares añadidos, como los rollitos Bigu, te aseguras de obtener los beneficios puros de la fruta. Es una forma innovadora y saludable de añadir sabor y valor nutricional a tus platos principales, demostrando que comer saludable es todo menos aburrido e insípido.