La historia de Bigu es un buen ejemplo de cómo una idea sencilla, nacida de la observación y una profunda amistad, puede convertirse en un emprendimiento nacional con aspiraciones internacionales, enfocado en mejorar la salud de las personas a través de snacks innovadores y saludables.
Una amistad en Londres en 2018, el inicio de todo
La génesis de Bigu se remonta a 2018, fuera de las fronteras de Chile, específicamente en Londres, Reino Unido. Fue allí donde tres amigas, Bernardita Ariztía (diseñadora gráfica), Elisa Marín (ingeniera comercial) y Francisca Andrews (profesora de educación básica), se conocieron.
En aquel entonces, se dedicaban a cuidar niños por las tardes, trabajando como niñeras. Esta experiencia fue crucial, ya que les permitió observar de cerca la gran cantidad y variedad de snacks saludables disponibles en Londres y, lo más importante, cómo eran bien recibidos por los niños.
Una realidad en Chile: la lucha contra la obesidad infantil
Al regresar a Chile, las tres socias decidieron tomar acción inspiradas por lo que vieron en Londres. Identificaron un problema apremiante en su país: Chile lideraba los rankings mundiales de obesidad infantil, ocupando el sexto lugar a nivel global y el primero en Latinoamérica.
Diversas fuentes señalan que el 75% de la población chilena padece sobrepeso u obesidad, y aproximadamente el 50% de los escolares del país se ven afectados por la obesidad y el sobrepeso.
Además, existía una baja ingesta generalizada de frutas y vegetales, sumada a la insuficiente disponibilidad y el desperdicio de estos alimentos debido a su corta durabilidad.
Frente a este panorama, las fundadoras de Bigu vieron una oportunidad no solo en el mercado global de snacks de fruta, que se valoró en 1.9 billones de dólares en 2020 y proyecta una expansión significativa. También vieron una oportunidad en la posibilidad de ser un agente de cambio positivo en la industria alimentaria.
Se propusieron desarrollar un producto atractivo y único, basado en frutas y vegetales, con el objetivo claro de mejorar los hábitos alimenticios de los niños y combatir la creciente obesidad y el sobrepeso infantil.
¡Nace Bigu!
Así nació Bigu, un emprendimiento nacional liderado por estas tres mujeres. Definieron su producto principal: snacks de fruta deshidratada (y también de vegetales) en formato rollo. Estos snacks fueron concebidos no sólo para ser saludables, sino también para ser inclusivos, aptos para veganos, celíacos o personas con alergias alimentarias.
Aunque inicialmente el enfoque principal estaba en los niños, pronto ampliaron su audiencia, entendiendo que sus productos son ideales para todo tipo de personas, incluyendo deportistas, jóvenes e incluso adultos mayores.
La tendencia global hacia productos con formatos novedosos, sanos y fáciles de consumir "on-the-go" (sobre la marcha) encajaba perfectamente con la propuesta de Bigu.
Sus snacks de fruta y vegetales deshidratados ofrecen una solución práctica a la baja ingesta de estos alimentos, al concentrar nutrientes y tener una mayor durabilidad.
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