Son varios los estudios que confirman que reducir el consumo de alimentos ultraprocesados puede tener un impacto positivo en la sostenibilidad medioambiental. 

En algunas investigaciones del grupo CIBER, un consorcio que es una estructura de investigación biomédica que reúne a investigadores de distintos lugares, ha señalado que cuanto menor sea el contenido de alimentos ultraprocesados en la dieta, menor será la huella medioambiental asociada a la alimentación.

Impacto ambiental de los snacks procesados

Los alimentos ultraprocesados contienen aditivos y conservantes, además suelen ser bajos en nutrientes y altos en grasas, azúcares y sodio. Sin contar que desde la obtención de materias primas hasta el procesamiento, empaque y transporte, cada fase contribuye a una mayor huella de carbono.

Según un estudio del CIBER –publicado en la revista Science of The Total Environmenty–, estos productos aumentan el uso de tierra, agua y energía, además de incrementar las emisiones de gases de efecto invernadero.

La producción de estos snacks procesados también generan residuos significativos que pueden afectar a todo un ecosistema. Un ejemplo fue la noticia que surgió en el Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad, Nuevo México, donde un visitante dejó caer un envase de un snack ultraprocesado y el percance generó un moho que no es común y contraproducente para ese entorno. 

Beneficios ambientales de los snacks naturales 

Los alimentos que requieren menos procesamiento, como las frutas deshidratadas, disminuyen el consumo de energía y la emisión de contaminantes. Además, suelen necesitar menos embalaje, reduciendo así la generación de residuos plásticos.

Sin contar que al momento de elegir una colación saludable, siempre será una mejor opción optar por frutas y vegetales, además de frutos secos y yogur, entre otras opciones. 

Consideraciones para reducir nuestro impacto

Para reducir nuestro impacto ambiental a través de la elección de snacks, podemos considerar varias de las siguientes acciones:

- Priorizar alimentos locales y de temporada: esto disminuye la necesidad de transporte y almacenamiento prolongado, reduciendo las emisiones asociadas.

- Reducir el consumo de productos ultraprocesados: además de los beneficios para la salud, esto contribuye a una menor demanda de procesos industriales intensivos en recursos.

- Optar por productos con empaques sostenibles o sin empaque: llevar nuestras propias bolsas reutilizables y elegir productos a granel ayuda a disminuir la generación de residuos.

- Fomentar prácticas de agricultura sostenible: apoyar a productores que implementan técnicas ecológicas contribuye a la conservación del medio ambiente.

- Optar por restaurantes independientes: usualmente los locales de comida que no son parte de una franquicia, cocinan con productos de la estación y frescos. Poco optan por alimentos procesados. 

- Preferir cocinar en casa: un estudio publicado en Science Direct concluyó que cocinar en casa generaba menos carbono que una comida preparada más procesada. 

Esto se debe a que la cadena alimentaria de una comida hecha en casa considera menos menos fabricación, almacenamiento refrigerado y desperdicio que una de mayor procesamiento como la de la mayoría de las grandes cadenas de comida rápida. 

Además, un estudio publicado en Cell Metabolism comparó los efectos de una dieta ultraprocesada con los de una dieta libre de esos productos. Los autores concluyeron que quienes formaron parte del primer grupo consumieron más carbohidratos y grasas, y pocas proteínas que les aportaran energía. A su vez, determinaron que limitar los ultraprocesados ​​puede ser una estrategia realmente eficaz para prevenir y tratar la obesidad

De esta manera, si somos conscientes de nuestras elecciones alimentarias y optamos por snacks naturales sobre los procesados, no solo estamos trabajando por mejorar nuestro sistema inmunológico y nuestra salud en general, sino desempeñamos un papel activo en la protección y conservación de nuestro planeta.