Colación y alimentación saludable

colacion

La colación es tremendamente importante y no debemos saltarla porque nos entrega energía por más de 4 horas entre períodos en que no se ha consumido alimento. Para los niños y adultos es esencial elegir una colación nutritiva en base a frutas y cereales que les permita mantenerse activos y con buen ánimo durante la jornada escolar o de trabajo, junto con calmar la ansiedad de un antojo “no saludable” y así mejorar el rendimiento académico o laboral.

La fruta es una excelente alternativa porque además de aportarnos vitaminas del grupo B y C, es rica en antioxidantes que ayudan a reducir los niveles de azúcar en nuestra sangre, y en sustancias fitoquímicas, compuestos protectores de nuestras células que son producidos por las plantas. Otra razón más de por qué elegir fruta como colación es que alimentos como las manzanas, frutillas, frambuesas, arándanos, ciruelas, kiwis y plátanos, además de aportar fibra, fortalecen el sistema inmunológico y así nosotros y nuestros hijos estaremos más preparados al llegar la temporada de resfríos.

Otra excelente opción para consumir como colación son los frutos secos como nueces, almendras y maní, que tienen ácidos grasos de muy alta calidad y lípidos saludables que proporcionan una buena dosis de energía. Las barras de cereal, por su parte, tienen gran cantidad de hidrato de carbono de buena calidad, proporcionando energía. Es importante elegir aquellas saludables, con bajo nivel de azúcar y grasas saturadas.

Para optar por colaciones balanceadas, es importante fijarnos en los “sellos” que tienen los alimentos que ingerimos porque estos nos dan una idea de si presentan altos niveles de azúcares, grasas saturadas, sodio o caloría, según los estándares establecidos por el Ministerio de Salud. Es recomendable consumir alimentos sin “sellos”, de buena calidad nutricional y si son naturales u orgánicos, aún mejor. Sin embargo, no solo debemos fijarnos en los “sellos” que tienen los alimentos, si no también en no ingerirlos en exceso.

Ocasionalmente se puede elegir una colación poco nutritiva para no restringir a los niños con una alimentación exclusivamente saludable y esto no tendrá mayor impacto. El problema está cuando uno transforma esta conducta en un hábito, ya que con el paso del tiempo se podría generar resistencia a la insulina, etapa previa a la diabetes tipo 2. Esto también podría influir en las grasas saturadas, creando una placa de ateroma acumulativa y no reversible en donde el niño en la adultez estaría más propenso a crear un evento cardiovascular. Lo ideal es no elegir aquellos alimentos con el sello “alto en sodio”, para prevenir que personas hipertensas tengan un mal manejo de esa enfermedad.